qué Beneficios Tiene la Osteopatía

 La osteopatía está considera dentro de las llamadas Terapias Alternativas y, al igual que casi todas ellas, contempla la enfermedad y la salud desde un punto de vista holístico. Aunque normalmente se relaciona la osteopatía con problemas del aparato locomotor, es decir, cuando nos duelen huesos, articulaciones o músculos, lo cierto es que la osteopatía trabaja de forma global el organismo restableciendo, a través de la práctica manual, el equilibrio de todo el cuerpo, incluyendo órganos, sistema mecánico, sistema nervioso, etc. En definitiva, la osteopatía está indicada para enfermedades de diversa índole, dentro de un contexto de prevención y bienestar general del organismo.





Esta terapia fue desarrollada por el americano Dr. Andrew Taylor Still a finales del siglo XIX. Al igual que los precursores de otras terapias alternativas, el Dr. Still se formó dentro del margen de la medicina convencional (también estudió ingeniería), y con el paso del tiempo fue cuestionando los métodos clásicos basados en la farmacología que él consideraba tóxica y nociva. Eso le llevó a investigar y experimentar otro tipo de terapias más acordes a las leyes naturales. Su premisa fundamental era que la estructura domina la función, es decir, que corrigiendo la estructura ósea, se corrigen y favorecen todas las funciones del organismo. En 1892 se creó la primera escuela americana de osteopatía llamada American School of Osteopathy. Cómo trabaja la osteopatía Como hemos visto, la osteopatía trabaja bajo la premisa de que la estructura ósea está estrechamente ligada a las funciones del organismo, de manera que a través de las manipulaciones del terapeuta, se restablece la integridad estructural del paciente y con ello, la correcta funcionalidad del organismo en su conjunto, mejorando así el estado de salud general. Los osteópatas manipulan la estructura ósea pero esa manipulación afecta no solo al sistema mecánico y estructural, sino también a órganos y fluidos internos.



Técnicas de osteopatía

Dependiendo del tejido sobre el que vaya a trabajar el osteópata, adoptará distintas técnicas:

 

    • Osteopatía estructural:  Esta técnica se emplea para corregir disfuncionalidades del aparato locomotor, es decir, músculos y esqueleto.
    • Osteopatía visceral:  Esta técnica se utiliza para favorecer la movilidad y funcionalidad de las vísceras, que ha podido verse truncada por adherencias, asegurando el correcto funcionamiento orgánico a través de la manipulación y recolocación de músculos, vísceras, nervios, vasos sanguíneos, etc.
    • Osteopatía sacro-craneal:  Esta técnica favorece la movilidad del líquido cefaloraquídeo, ya que debido a determinados problemas estructurales como tensión, traumatismos, contracturas o una incorrecta colocación postural, afectan a los nervios craneales y otros tejidos que propician, como consecuencia, distintas dolencias como neuralgias, alteraciones de la visión o el oído, mareos, migrañas, trastornos digestivos, etc.

 

Cómo trabaja el osteópata

Nuestra primera visita al osteópata, si se trata de un buen profesional, nos llevará al menos una hora u hora y media, pues para realizar un diagnóstico, el osteópata ejecuta un test manipulando el esqueleto y comprobando nuestro estado general y la corrección o incorrección estructural, lo cual le lleva bastante tiempo. Una vez examinado el cuerpo, el osteópata determinará dónde o por qué razones se ha originado nuestra dolencia particular, y trabajará sobre la zona conflictiva para recolocar la estructura.

Las siguientes consultas seguramente serán más rápidas, ya que se centrarán en el origen del problema, aunque también es probable (y recomendable) que en cada visita haga un repaso general y estire, recoloque o examine el estado general del organismo.

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