increible y triste historia de amor

Ella el decía a él: “Eres lo único que me importa en esta vida, lo eres todo para mí, eres mi luz, y mi razón de vivir; siempre estaré a tu lado; te lo juro”
Él simplemente le decía que la amaba.
Ella siempre se quedaba con los anhelos de escuchar lo mismo de él, el tiempo fue pasando y cada vez más; las cosas fueron cambiando, se fueron enfriando. Que las cosas ya no eran las mismas, que el amor que él le juraba tenerle a ella, se estaba muriendo.


El alma de ella, poco a poco se fue apagando; ella ya no era la misma. Ella siempre quería estar con él, pero él para todo tenía una razón para no estar, tenía excusas. Su respuesta era: “hoy no puedo, tengo trabajo”
Ella sólo se consolaba viendo las fotos y videos de cuando él solía amarla, con devoción. Eso le ayudaba a calmar el dolor de la ausencia.
Ella tenía tantas ganas de compartir con él, pero él siempre tenía algo más importante que hacer. Él jamás se dio cuenta que ella lo amaba a él con todo el corazón.
Pues él, era su razón de vivir, todo lo que importaba, era su todo.
Un día de tantos, la tristeza invadió el corazón de ella, y le llamó, y le dijo: “Roberto, necesito hablarte, te lo pido por favor”
Pero la respuesta de él, era siempre la misma: “hablamos después, ahora no puedo”.
Ella sin embargo, insistía: “Sólo serán 10 minutos”.
Pero él nunca llegaba, o si llegaba lo hacia tan cansado, que ya no tenía interés en hablar.

 

 

El que te pierde después te necesita.

La realidad es esta muchas personas que “dicen amarnos”, esperan hasta que ya nos perdieron para hacer algo, para valorar nuestro amor, y por en cambio, juegan a perdernos, juegan a que el destino nos arrebate de sus vidas.
Es triste cuando quien dice amarnos, se da cuenta muy tarde que nos ha perdido. Y que el daño ya no se puede reparar, que por mucho que llore, ya no nos puede volver a tener.
Tristemente esto ocurre en todo momento, muchas de las personas pierden a las personas que más les aman, por descuido, porque sencillamente no supieron valorar lo que tenían enfrente.
Se dejaron llevar por las ocupaciones, los “quehaceres” de la vida cotidiana, se perdieron en si mismos, para darse cuenta después que lo más valioso, se les estaba escapando de las manos.
Es triste ver que solo “buscan” cuando sienten que han perdido algo, y no valoran cuando lo tienen. Es triste porque solo cuando han perdido lo que tenían, es cuando se dan cuenta de su tremendo valor.
Esta historia triste de amor refleja también, el hecho de que siempre nosotros, debemos valorar a quien tenemos a la par, que no debemos esperar hasta que la tragedia nos arrebate a quien amamos de verdad.
Debemos ser conscientes de que las personas que orbitan nuestras vidas, son valiosas que no son reemplazables, que no son como un aguja.

No son como un objeto que se puede recuperar fácilmente.

No, las personas son valiosas, y en cualquier momento el destino, y el descuido, nos puede pasar que la vida nos las arrebate. Que se las lleve lejos de nosotros.
Es por eso que debemos disfrutar cada momento con la persona indicada, pues esta no siempre estará con nosotros, llegará un día en que la vida, diga: “hasta aquí no más te lo preste”. Y tengas que devolverlo, pues ya fue para ti.
Y ahora es momento de regresarlo, es momento de devolverlo, y es momento de desprenderte. Pero mientras está aquí, hay que vivirle, hay que disfrutarle, y hay que saber aprovechar el tiempo que tenemos con esa persona especial.
Para que historias como la anteriores, no se repitan más.

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